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03 - Regreso a Valverde

September 2025

Regreso a Valverde

De nuevo me pasó esto: de pronto estaba en otro lugar. Esta vez aparecí en Valverde, en una sala que parecía una gran sala de estar. Todos se sacudían la tierra y veían qué comer. Descansé unas horas y, cuando estaba practicando mi rutina de estiramiento matinal, apareció un mensajero y alguien que decía ser un duque. Yo no conocía a ninguno, pero nos hablaron sobre ir hacia el sur. Dijeron que era una misión muy importante y me dieron un sobre para persuadir tropas. Decían que ellos debían ir hacia el Este, pero estaban demasiado apurados. Esa gente nerviosa que siempre dice tener algo más para hacer me genera desconfianza. Creo que de haber sido importante, podrían haber explicado mejor la consigna, en vez de tirarnos por la cabeza una orden y un sobre que supuestamente lo soluciona todo. Podrían hacerlo ellos si es tan simple; que le paguen a un comisionista. Esta situación era para investigarlo mejor.

Fuimos a hablar con Don Diego Mansilla (que, de nuevo, no era Mansilla), y nos recibió amablemente. Le contamos que este supuesto duque estaba empezando a sembrar discordia, diciendo que el gobernador estaba decidiendo estupideces y que, además, nos quería hacer ir hacia el sur. Don Diego nos explicó un poco la interna, pero sinceramente yo ya estaba pensando en cómo darle vuelta la campaña de difamación. De última, si cae uno, caen todos. Una lástima, pero no debería ser gratis hablar ligeramente con desconocidos sobre lo que a uno se le ocurra como justo o correcto. Tampoco parece gratis andar vestido con una bolsa de arpillera, así que decidí comprar algo de equipo.

Estos encuentros cercanos con resonadores arcanos, constructos, teleportación y demás experiencias mágicas me han renovado el interés por dominar la magia. Tal vez el mago tenga algún tomo de Casting 101 para retomar la senda arcana. Alguna vez escuché de magos que utilizaban ciertos hechizos para encantar personas o animales, y para proyectar ilusiones en el aire. Creo que podría enfocarme en esa rama de la magia, dado que estoy bastante seguro de que podría dedicarle cientos de horas a intentar lanzar un proyectil y, tal vez, solamente logre causar un incendio o lesionarme a mí mismo.

Por recomendación de Don Diego (también conocido como El Diegote) hablamos con Emilio el herbolario, que estaba en un nuevo puesto cerca de su casa. Estaba con una asistente bastante agraciada que parecía saber lo que hacía. Consultamos sobre las actividades que estaban desempeñando y, mientras Emilio nos hablaba, logré ver que la asistente llevaba algo como un estuche consigo. Necesitaba saber qué contenía, así que corté el cordón que lo sujetaba a su pierna y lo tomé prestado. Nuevamente era Tiempo de Ciencia. Nuestro compañero mago Delerion me vio tomar prestado este estuche y tuve que mostrarle qué era. Solo había alcanzado a ver que contenía viales o ampollas de vidrio con un líquido viscoso. El mago supo que se trataba de opio, para uso medicinal o recreativo. Probamos los efectos en el búho: vimos que medio vial era anestésico en búhos. Y, como el búho sobrevivió, yo me ofrecí a probar la mitad de la cantidad suministrada al ave. Me produjo una ligera desinhibición, así que ya teníamos dos muestras para intentar algún tipo de regresión lineal multiespecie.

Preparativos para el viaje al Sur

Junto con el mago decidimos conseguir algo de equipo y vender lo que no necesitábamos. Emilio, el herborista, nos indicó que había un comerciante viajero en la zona y que convendría aprovechar el stock antes de que partiera hacia otra ciudad. Estaba alojado en la planta alta de la taberna local de Valverde y parecía un tipo bastante normal. Ya materialmente satisfechos, fuimos a ver al tipo de los cuernos: el orfebre (o joyero), que este sí que no tiene pinta de alguien normal, sobre todo por los cuernos y las facciones infernales.

El orfebre nos explicó varios detalles sobre una orden que no tiene un lugar fijo en el mundo, sino que está esparcida por todos lados, conocida como La Secta del Espejo. Los integrantes de la secta estaban relacionados con los magos rojos, o Carmesí, del Alma del Norte y del Templo del Círculo Eterno. Parece que “bautizan” a algunos niños con una marca, empeño o maldición que los acompaña durante el resto de sus vidas. Él mismo tenía la marca y nos comentó que nuestra compañera bruja también la lleva, aunque en su caso la entiende como una suerte de herencia de la que está buscando deshacerse. Pareciera que en Valverde tenemos dos contactos bastante doctos, al menos en lo que respecta a la historia local y la cuestión arcana: el herbolario y el orfebre. Por último, el orfebre nos indicó que podíamos comunicarnos con él de un día para el otro mientras estuviéramos ausentes en el sur y nos dio minerales como los que estaban en el templo pero no azules sino rojos.

Luego visitamos al semiorco Borger Tempestus, que una vez más parecía haber sobrevivido y se escondía de la guardia de la ciudad en una casa de la periferia. Nos comentó que estaba atrapado en Valverde, ya que no podía cruzar los puestos de guardia. Se me ocurrió disfrazarlo, pero si lo descubrían íbamos a estar en problemas más serios. La tarea era simple: teníamos que salir todos juntos usando una barcaza (los guardias únicamente controlan los caminos de tierra firme). Pero antes debíamos recuperar su equipo, que había sido incautado durante el interrogatorio de aquella vez.

Aceptamos recuperar el equipo incautado y fuimos en busca de una orden. Hablamos con Diego Cortéz (conocido como Diego de la Vega o El Diegote) para que nos diera algún tipo de documento firmado, aunque fuera en una servilleta o en una baldosa, con el fin de reclamar el equipo en el depósito. Ya en el depósito nos encontramos con un guardia que no estaba en plan de colaborar. Por lo visto, el equipo de buena calidad que la guardia local incautaba lo marcaban con un sello correspondiente a las fuerzas del duque, desviando así recursos en custodia de la guardia hacia las tropas del hijo del rey. El guardia parecía estar al tanto de estos planes: nos hizo perder tiempo actuando como si nuestro pedido no existiera en el inventario, pidiéndonos que volviéramos más tarde, etc. Encontramos un barril con la marca del duque, lo señalamos, y al ver que habíamos descubierto su plan de quedarse con el equipo, demandó alguna retribución. Para evitarle problemas con las fuerzas del duque, le entregamos el documento firmado por el nuevo jefe de la guardia local, Diego Cortéz.

Finalmente logramos negociar el pasaje en la barcaza con el comerciante viajero de la taberna. Cargamos todo lo necesario: a Borgar Tempestus, el carro con los ayudantes del mago, y partimos hacia el sur. El viaje por el río tomó un par de horas; luego, ya en terreno firme, continuamos caminando hacia el sur. El carro fue de gran ayuda. Gran idea la del carro.

TBC

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